AMIGA QUE SUFRE
Me aflige
tu sufrimiento.
Por eso quiero decirte,
para aliviar tu dolor,
que uses la imaginación
y vueles al horizonte
batiendo tus alas blancas.
No sé si hallarás
tu norte,
pero … ¿es que está en algún lado?
Sólo el pimpollo naciente,
o la gota de rocío,
o la luna en noche oscura,
o el silencio al ras del alba,
tienen perfección cumplida.
Los buenos no somos tantos
y ni siquiera tan buenos.
Hay rendijas en las puertas,
hay clavos
que han hecho herrumbre,
el moho se enseñorea
en cualquier rincón oscuro
bebiendo la gota de agua.
Y donde esperabas ver
comprensión y simpatía,
chocas con la oscuridad
de una mano con estrías.
Quizás el beso rozante
sobre la frente dolida,
éste que quiero brindarte,
alivie el manto de sombra
que te hiere sin justicia.
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