sábado, 16 de noviembre de 2013

OJOS PARDOS

OJOS PARDOS

Por sendas                                                   Y el horizonte,
de silencio                                                    lejos,
deambulaban mis sueños,                        allá esperaba,
esperando que el horizonte                      mirando nuestro nido
los cobijara.                                                  y sus ojos pardos.

Pero sus ojos pardos
me amarraron un día
a la roca de su cariño.

Y yo me quedé quieta
como en un nido.

Los vientos me trajeron
de todas partes
los aromas de flores,
las palomas que arrullan,
los silentes capullos
que ya se abrían.

Y cuando él quiso
tener su fiesta
y esconderse detrás
de las nubes rosas,
yo me resistí un poco,
pero sabiendo,
que al fin me ganaría
y me iría subiendo
a la alta montaña
de sus anhelos.

Los fríos de los inviernos
allá pasaban
sujetando las bridas
con gran esfuerzo,
de los momentos diarios
que escapaban montados

sobre los tiempos.

domingo, 10 de noviembre de 2013

Noticias

NOTICIAS:
Las poesías Hermana y Mi palabra y tú han sido ilustradas con dos acuarelas que forman parte de la Exposición que se llevará acabo el próximo 29 de Noviembre en Sarmiento 724, Rosario,  a las 19.30 Hs. La galería patrocinante lo publica en su página :www.arterosario.net

sábado, 2 de noviembre de 2013

SINFONÍA


Sinfonía

(Página 12 dijo que se han puesto en esta poesía, sobrias pinceladas y ternura)

 

Tomemos un café, dijo.

Era sólo un descanso en la labor.

Si no estás con auto, tengo el mío.

No. Mentí. Estoy a pie. Por compartir el suyo.

No sé. No era yo. Es que estaba volando.

Y me asustaba esa seriedad embigotada.

Su mirada detrás del vidrio de botella.

¿Qué estoy haciendo?  Y llegó el café. 

Palabras intrascendentes. Lugares comunes. Lo de siempre.

¿Por qué me trajiste tan lejos a tomar un café?, pensé.  

¿Otro café más?

Pero no. Era un café distinto.

 En la Cortada 70, nada menos. La creme de la creme.

Cada uno de nosotros estaba abigarrado a cada lado de la mesa pequeña.

De acá no sale nada.

De acá tampoco. Había silencios largos. Irracionales.

La razón era la menos presente.

Mientras, por un rincón del tiempo se escapaba la noche.

Pero nuestro tiempo se había quedado quieto. 

Ahí.

Esperando un milagro.

Por fin, el cuerpo vino en ayuda.

Por debajo de la mesa, su rodilla rozó la mía.

¿Fue sin querer? ¿O fue queriendo?

Ambiente penumbroso, con gente parloteando.

¡Sí!  ¡Fue queriendo!

Y no pasaron más cosas, que todas las cosas juntas. 

Veinticinco años de vidas entramadas.

Un eco en mi silencio. Una palabra en mi palabra.

El vibrar del violín por detrás de las violas.

El piano que respeta los tiempos del oboe. Y entre todos, la enorme sinfonía de la vida.

Un hombre que está ahí. Pendiente de mis mil cosas pequeñas.

Pero uno a veces cree que lo mató el tiempo y la ausencia.

¡No!. Lo pequeño está ahí.

En un rincón. En un papel o en un cajón.

Como ladrón acechando detrás de las puertas.

Como hojas muertas que el viento lleva acá y allá. Pero sonríen entre sí.

Y nos tejen la vida. Sin decir lo que dicen.