OJOS PARDOS
Por sendas
Y el horizonte,
de silencio
lejos,
deambulaban mis sueños, allá esperaba,
esperando que el horizonte mirando nuestro nido
los cobijara.
y sus ojos pardos.
Pero sus ojos pardos
me amarraron un día
a la roca de su cariño.
Y yo me quedé quieta
como en un nido.
Los vientos me trajeron
los aromas de flores,
las palomas que arrullan,
los silentes capullos
que ya se abrían.
Y cuando él quiso
tener su fiesta
y esconderse detrás
de las nubes rosas,
yo me resistí un poco,
pero sabiendo,
que al fin me ganaría
y me iría subiendo
a la alta montaña
de sus anhelos.
Los fríos de los inviernos
allá pasaban
sujetando las bridas
con gran esfuerzo,
de los momentos diarios
que escapaban montados
sobre los tiempos.
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