EL CIRCO
Hoy fui a ver un circo.
Y me encanté escuchando
las gracias del payaso.
Reía y reíamos.
Llorábamos de risa.
Las luces de colores,
y el techo de la carpa
y un millar de espejitos
en su alocada danza.
Y en el centro del circo
tras las lonas pintadas,
el payaso lloraba,
de risa y payasada.
Los chicos lo aplaudían
riéndose a carcajadas.
Desde la amplia platea,
por cierto anochecida,
un mar de caras rientes
pisaba cal picada.
Y en el rostro del hombre
que la risa causaba,
en su rostro lloraba,
no sé qué pena ahogada.
También yo río y canto.
También yo bailo y beso.
Pero nunca te engañes,
estoy siempre llorando.
Porque estás lejos.
Y estoy siempre sonriendo
en el centro del circo.
Las luces de colores
girando entre la arena.
Quizás estoy bailando.
Quizás estoy besando.
Quizás estoy llorando,
de risa y payasada.
Pero detrás del muro
mi amor está llorando
tu ausencia prolongada.
Desde el fondo del alma
con mis manos alzadas,
en la muda plegaria
de la noche y la nada.
triste y bello
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