sábado, 14 de septiembre de 2013

El circo


EL CIRCO


Hoy fui a ver un circo.

Y me encanté escuchando

las gracias del payaso.

Reía y reíamos.

Llorábamos de risa.

Las luces de colores,

y el techo de la carpa

y un millar de espejitos

en su alocada danza.

 

Y en el centro del circo

tras las lonas pintadas,

el payaso lloraba,

de risa y payasada.

Los chicos lo aplaudían

riéndose a carcajadas.

 

Desde la amplia platea,

por cierto anochecida,

un mar de caras rientes

pisaba cal picada.

Y en el rostro del hombre

que la risa causaba,

en su rostro lloraba,

no sé qué pena ahogada.

 

También yo río y canto.

También yo bailo y beso.

Pero nunca te engañes,

estoy siempre llorando.

Porque estás lejos.

 

Y estoy siempre sonriendo

en el centro del circo.

Las luces de colores

girando entre la arena.

Quizás estoy bailando.

Quizás estoy besando.

Quizás estoy llorando,

de risa y payasada.

 

Pero detrás del muro

de las lonas pintadas,

mi amor está llorando

tu ausencia prolongada.

Desde el fondo del alma

con mis manos alzadas,

en la muda plegaria

de la noche y la nada.



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