MI BARCA
Hoy
quisiera contarte la historia de mi barca.
Porque
tengo una barca, ¿sabes?
Una
barquichuela pequeña.
Cada
día y a veces, también cada noche,
me
aferro con toda el alma a su timón,
buscando
encontrar el horizonte.
A pesar
de su apariencia fuerte,
mi
barca es un débil cruzarse de maderas.
De
madera enmohecida y crujiente,
de
madera que deja pasar agua,
como
si quisiera empaparse de mar,
de
hondura y profundidad,
de
silencio y oscuridad.
Tengo
una barca endeble
y
a veces tengo miedo
de
no poder guiarla,
de
un extremo pasar al otro extremo.
La
historia de mi barca es muy cambiante:
tener
agua hasta el borde
y
nuevamente flotar casi segura.
Girar
sobre sí misma
y
confundiendo su proa con su popa,
alejarse
del rumbo,
inclinarse
a babor hasta beberse
toda
el agua con brío,
subir
en las olas gigantescas
del
éxito exultante,
para
luego morir sin hacer ruido.
En
soledad total cruzar el tiempo,
el
tiempo de larga travesía
y
hendir el agua marcando nuevos rumbos
que
el agua va borrando,
transirse
de distancia y de silencio
mientras
solloza por ver el nuevo día.
Tengo
una barca ¿sabes?
Así,
es mi barca:
una
mezcla de sombras y de luces,
de
vida y agonía.
Maravilloso , Josefina . Con un significado tan oculto y profundo , como el fondo del mar bajo tu barca
ResponderEliminarMecha
La vida misma es así, el amor es así, muchas veces no entendemos lo que sucede o nos sucede. Encontrar las palabras para mostrarlo es tu arte.
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