domingo, 16 de noviembre de 2014

SOBRINA

SOBRINA

El manto que te cubre,
la mano que te asiste,
la palabra que guía
y por encima de todo,
todo lo que necesites:
Ese ha sido mi anhelo
para la hija que no tuve
y siempre fuiste.

Pero de pronto el vuelo
se ha tornado caída
y ahora entiendo,
quizás demasiado tarde,
que sólo por darte,
te he perdido.

La niña ya mujer
me ha convertido
tan sólo en su acreedora
y no merezco
ni las cuatro monedas
que te cobran
por usar el teléfono.
                                                                                      
A veces, en noches desveladas
me pregunto
qué debió ser distinto,
mas no encuentro
sino el rudo silencio
y se agigantan,
las sombras de la noche,
allá en el techo.

Cuando al alba,
retomo mi desgarro,
lo acaricio,
contorneando sus bordes,
mi suplicio.
Los ojos de mi padre
en la distancia,
parece que me dicen:
Sólo estás obligada
a hacer el bien
para acrecer la energía
del universo.
Lo demás, comprende hija,
lo demás, es fortuito.
Sí, creo que debe ser así,
Pero un hueco me ha quedado dentro.



No hay comentarios:

Publicar un comentario